martes

Paralelepidiotismo ilustrado

Bueno, a modo personal, de desahogo propio, por naturaleza muerta de cuadro de los pensamientos otoñales podridos, antes de dedicarme otra vez a lo que alguna vez fue mi sello personal. En ese preciso instante de la vida, después de mucho vagar, de patear hojas disolutas y amarillentas, para dedicar palabras de odio personal, de desahogo propio, por naturaleza muerta de cuadro de los pensamientos de pasatiempo y delicadeza temporal: Al Pasado Amargo.

Acto I
A las acciones, como tercera persona singular;

Una carta hubiera bastado. si, solo una carta por la vía común y silvestre. Eso es lo más paradójico, que ahora a esto le llamamos silvestre. ¿irónico? ahora caminan en direcciones realmente opuestas. ¿Qué es lo real ahora? antes lo fueron los diálogos largos. Las respuestas, un viaje entero para releer los libros y ensayos. Hoy se escribe en otro tono. Claro, tienen razón de estar en lo correcto. Pero una luz amarilla hubiera bastado. Los silencios son para otras cosas. no callo en la distancia, callo en la amargura y la vergüenza.

Acto II
A los mensajes, como tercera persona singular encubierta;

Había una vez, un jardinero que plantó semillas de girasol. Estaba orgulloso de su obra, pues estos habían crecido y producían muchas semillas. El sol las regaba cada día, celosamente las miraba, las acariciaba encubiertamente con poesías de luces y cantos. Pero cierto día, el sol no apareció más (se había enfermado de amor). En su defecto, apareció un planeta que con la luz del sol enfermo, bañó a los girasoles con perfumes y poemas extraídos de otra galaxia. tanto así, que las girasoles se enamoraron de este planeta disfrazado de sol y una vez que el verdadero se mejoró, las girasoles se marchitaron de pena al ver que el planeta ya no estaba. En su dolor, el jardinero volvió a plantar otras girasoles. Aunque el sol, nunca más volvió a cantar de amor.

Acto III
A los sentimientos, como tercera persona singular extraviada (que se perdieron en el camino en prosa);

Botella de mar en paz
recorriendo el silencio que es la palabra fijada
un día, tan solo un día para desaparecer en la nada
en la elevación de lo cósmico
tan solo un día dentro del patio de la casa del caos mental
esparciendo pedazos en las axiladas amebas
¿es que hay sentido en la desaparición del vacío dejado?
se bebe del licor del dolor, se embriaga en la pena del líquido espeso
las cabezas dan vueltas con los recuerdos de corrientes marinas en círculos
sin disipaciones, las voces son ahogadas dentro del odio vomitivo
No hay donde llegar ni sentir el respaldo de la verdad
platos servidos con las penas de los que se van
todo al ver los rostros de la desesperación causada por todos los hijos de satán
vienen a ratos, se miran y los ojos son ahogados una vez más en el círculo del mar.

Acto IV
Final, como tercera persona desvanecida;

Otra decisión, mucho más trascendental, con más impacto para este momento, ""El desconocimiento real"". Ahora el lamento se traduce en los ojos rojos, en los ojos de polvo y humo que se desvanecen como esos recuerdos y sensaciones que se hubiera deseado no experimentar.